viernes, 4 de mayo de 2012

Silencio



En el desvelo
paso por tu puerta cerrada
- igual que tus labios de plata-
me detengo a oír como respiran tus sueños
es un segundo para seguir sin nada,
y continúo
y tropiezo dos o tres pasos más
esperando la madrugada.


Y llega la mañana
lenta,
contada a golpes de radio
y
volvemos a deslizarnos en el silencio
 impuesto
como penitencia
como meditación
como aviso y,
 una afonía sin disimulo
 cae desde la cocina
hasta tu almohada,
y en esos poco metros
se cruzaran
solas
nuestras miradas disfrazadas
y que se mueven
como el frío destemplado
en la espalda.

Y mientras cuento los desvelos
sigo esperando
 suspiros rosas
 y palabras lloradas
para decirte de nuevo
tantas veces como haga falta
¡dame un beso,
abrázame fuerte,
que me rompes el alma!








1 comentario:

  1. ¡Qué diferentes unos silencios de otros! ¿verdad? Los buscados, los recogidos y elegidos, nos hacen disfrutar enormenmente del momento.Sin embargo, otros nos oprimen, nos desesperan y anhelamos que se rompan para volver al equilibrio que nos sustenta.
    Me encanta como relatas "este nuevo silencio".
    Un beso.

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